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La IA no es gratis: el impacto oculto que ya pagamos en nuestras facturas

La inteligencia artificial se presenta como una herramienta revolucionaria, capaz de transformar industrias enteras y redefinir el futuro. Sin embargo, su desarrollo y funcionamiento no son gratuitos. Los primeros costos ya están apareciendo en algo tan cotidiano como tu factura de electricidad, y todo apunta a que estos gastos seguirán aumentando en los próximos años.


Fuente: Trader al Día
Fuente: Trader al Día

Al igual que durante la Segunda Guerra Mundial las familias estadounidenses enfrentaron racionamiento y escasez para sostener el Proyecto Manhattan, hoy se nos pide algo similar: asumir los costos invisibles de una nueva carrera tecnológica, esta vez impulsada por la inteligencia artificial.


Los grandes centros de datos que alimentan modelos de IA requieren cantidades masivas de energía para entrenar algoritmos y mantener servidores activos las 24 horas del día. Este consumo energético descomunal no solo presiona la red eléctrica, sino que también incrementa las facturas de millones de hogares y empresas, trasladando parte del coste del progreso directamente al ciudadano común.


Fuente: Trader al Día
Fuente: Trader al Día

Además de la energía, existe otro impacto que suele pasarse por alto: el uso intensivo de agua para enfriar los servidores y evitar que colapsen. En regiones donde la escasez hídrica ya es un problema, esta demanda extra podría agravar aún más la situación.


Lo que comienza con unos pocos euros más en la factura puede convertirse en un desafío mayor. La carrera por la IA está reconfigurando la economía global, y como ocurre en todo gran cambio, los costos iniciales recaen sobre la sociedad antes de que los beneficios plenos se materialicen.

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